Los aceites hidratantes son concentrados que nos regala la naturaleza con múltiples beneficios y aplicaciones en los cuidados de la piel. Penetran profundamente para repararla y nutrirla gracias a su riqueza en lípidos, vitaminas y antioxidantes. Dada la abundancia de aceites vegetales disponibles en el mercado, es importante que determinemos las distintas aplicaciones que poseen y cuáles son los más beneficiosos para nuestro tipo de piel.
¿Cuáles son los distintos usos de los aceites hidratantes?
- Limpieza
Para quitarnos el maquillaje, podemos sustituir nuestra limpiadora habitual por aceite vegetal.
- Nutrición de la piel.
Nuestra epidermis agradece el uso de un aceite prensado en frío para restaurarla profundamente.
- Reparación de labios
Un alivio inmediato para los fríos meses de invierno que los suelen cuartear y resecar. Antes de usar Mandarina Lips podemos hacer un tratamiento para hidratar los labios con aceite vegetal.
- Para fortalecer el cabello
Los aceites naturales son una cura intensiva para puntas abiertas y pelo seco.
Cuida tu piel de forma natural: un aceite vegetal para cada tipo de piel
- Piel mixta.
Es una piel que tiende a brillar en la Zona T (frente, nariz y barbilla) pero que, suele tener las mejillas y resto del rostro con tendencia seca. Los aceites de avellana o pepita de uva son excelentes para cuidar y equilibrar la piel mixta.
- Piel seca
Es una piel fina con tendencia a arrugas y líneas de expresión, con sensación permanente de tirantez. El aceite de almendras dulces será su aliado. Nutre, suaviza, evita la sequedad y alivia la irritación. También los aceites vegetales de aguacate y argán son una fuente de nutrición para las pieles secas.
- Piel grasa
¿Podemos usar un aceite aun teniendo la piel grasa? La respuesta es sí. Las pieles oleosas y las pieles con tendencia al acné, de poros abiertos y aspecto brillante, tienen en el aceite de jojoba su milagro particular. Su uso consigue equilibrar la grasa, bajar las erupciones de acné y cerrar el poro. Si no nos gusta la sensación de aplicar aceite en el rostro, podemos mezclarlo con aloe vera o con nuestro sérum habitual.
- Piel normal
La piel que todas soñamos, con poro cerrado y aspecto elástico. Puede beneficiarse de cualquier aceite hidratante. Podemos usarlos sabiamente en función de la climatología, optando por los más untuosos en invierno (aguacate, albaricoque) y por los más ligeros en verano (jojoba).
- Piel sensible
Con tendencia a rojeces y a alterarse por cambios de temperatura. En los aceites de caléndula y de nueces de macadamia encontraremos un efecto calmante y reductor de irritaciones.
- Piel con manchas
Las pieles con una pigmentación irregular, pueden beneficiarse del efecto regenerante de los aceites de rosa mosqueta y centella asiática, individualmente o combinados entre sí.
- Piel madura
Caracterizada por combinar flacidez con una tendencia a la sequedad. La mixtura de aceite de jojoba para combatir la caída de la piel, con el nutriente y reparador aceite de albaricoque, será todo un acierto. También los aceites de semillas de granada o de cáñamo tienen un potente efecto nutritivo y antienvejecimiento.
El abanico de aceites hidratantes que podemos usar es fascinante, permitiéndonos jugar con ellos adaptándolos a nuestra tipología de piel y nuestras necesidades.